«…Son parte de la Iglesia»

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Leemos en «Latest News from NEWS.VA» que Francisco, en su Catequesis de la Audiencia General del reciente Miércoles 05 de Agosto en el Aula Pablo VI, ha enseñado que «los bautizados que han establecido una nueva convivencia después del fracaso matrimonial…no están en absoluto excomulgados…ellos son siempre parte de la Iglesia».

Esta declaración de Francisco puede abrir un amplio análisis, aun más si consideramos el estado actual de la Iglesia. Sin embargo el tema inmediato es el de la pertenencia a la Iglesia Católica, Cuerpo Místico de Cristo, es decir quiénes son miembros de la Iglesia.

Recurramos al Magisterio infalible, en particular a Pío XII y su Encíclica «Mystici Corporis» del 29-Julio-1943.

«Entre los miembros de la Iglesia sólo se han de contar de hecho los que recibieron las aguas regeneradoras del Bautismo, y, profesando la verdadera fe, no se hayan separado, miserablemente, ellos mismos, de la contextura del Cuerpo, ni hayan sido apartados de él por la legítima autoridad a causa de gravísimas culpas» (n.10)

«Ni puede pensarse que el Cuerpo de la Iglesia, por el hecho de honrarse con el nombre de Cristo, aun en el tiempo de esta peregrinación terrenal, conste únicamente de miembros eminentes en santidad, o se forme solamente por la agrupación de los que han sido predestinados a la felicidad eterna…no todos los pecados, aunque graves, separan por su misma naturaleza al hombre del Cuerpo de la Iglesia, como lo hacen el cisma, la herejía o la apostasía. Ni la vida se aleja completamente de aquellos que, aun cuando hayan perdido la caridad y la gracia divina pecando, y, por lo tanto, se hayan hecho incapaces de mérito sobrenatural, retienen, sin embargo, la fe y esperanza cristianas…» (n.10)

Ahora, el magisterio de Pío XII es claro y se explica por sí mismo sin necesidad de mayores comentarios. Es decir, el bautizado y casado por la gracia sacramental de un matrimonio válido, y que se encuentra separado y vuelto a casar/convivir, se encuentra en pecado grave, en realidad mortal, y ha perdido la caridad y la gracia santificante (cfr. Mt 19,9; Lc 16,18) pero, en tanto profese la recta fe, esté unido a los legítimos pastores, en especial al Romano Pontífice, y no esté excluido del Cuerpo Místico  legalmente por la Autoridad (excomulgados), es aún miembro de la Iglesia; aunque, según las mismas palabras de Papa Pacelli citando a San Agustín, debe ser considerado como «un miembro enfermo de Jesucristo…Porque no es desesperada la curación de lo que aun está unido al cuerpo, mientras que lo que hubiere sido amputado no puede ser ni curado ni sanado» (n.10)

Esta es la doctrina católica. En realidad la materialidad de la declaración de Francisco es correcta si aplicada a la Iglesia Católica, sin embargo, procediendo de él, no su formalidad – aparte su insuficiencia, puesto que no explica la condición en que se encuentran estos miembros enfermos, ni los efectos, como tampoco las exigencias que deben satisfacer para recuperar la salud como miembros saludables en posesión de la gracia santificante.

No su formalidad porque Francisco:

  • No habla explícitamente de la Iglesia Católica; él habla en todo momento de «la Iglesia», expresión genérica y no específica.
  • La «iglesia» inaugurada y promulgada oficialmente por el concilio Vaticano II, de la cual Francisco es actualmente la cabeza, NO es la Iglesia Católica puesto que Lumen Gentium n. 8, con fines ecuménicos declara «Esta es la única Iglesia de Cristo…Esta Iglesia…subsiste en la Iglesia Católica. Explícitamente se niega que la Iglesia de Cristo ES exclusivamente la Iglesia Católica y dice que la Iglesia de Cristo es más amplia que la Iglesia Católica, siendo ésta sólo una parte de aquélla.
  • Siendo, para Bergoglio, el Cuerpo Místico de Cristo más amplio que la Iglesia Católica, y siendo, según Gaudium et Spes n. 22 que «Con la encarnación el Hijo de Dios se ha unido a todo hombre», entonces no sólo los católicos son miembros del Cuerpo Místico de Cristo sino, en definitiva, toda la humanidad, pues todo hombre está, quiéralo o no, lo sepa o no lo sepa, unido a Cristo en virtud de su Encarnación. Juan Pablo II, «el santo», en 1986 en Asís, con ocasión de la jornada ecuménica, declaró ante todo el mundo que «El Concilio [Vaticano II] puso en relación la identidad de la Iglesia con la unidad del género humano«, no se puede hablar más claro.
  • Tal como dice Don Curzio Nitoglia en Sodalitium N. 20 ¡»La Iglesia Conciliar [a la cual se refiere Francisco en esta «catequesis» n.d.r] NO es la Iglesia fundada por el Verbo Encarnado; ésta es – por explícita confesión – el templo universal DE TODO EL GÉNERO HUMANO unido misteriosamente al Cristo Cósmico…!

Conclusión

A la luz de lo anteriormente dicho podemos concluir que todo creyente válidamente bautizado y válidamente unido en matrimonio, que profesa la recta fe y está unido al legítimo Romano Pontífice, aunque se encuentre en grave pecado sigue siendo miembro de la Iglesia Católica, aunque con fe informe por la pérdida de la gracia santificante y necesitado de la salud. Al contrario, todo casado, separado y vuelto a casar/convivir, que profese la «fe» conciliar del Vaticano II y se declare en obediencia y reconocimiento de los «papas» conciliares (actualmente Francisco) no es miembro de la Iglesia Católica pero, según Bergoglio, sigue siendo miembro de aquella iglesia que ya no coincide con la Iglesia Católica, y a la cual pertenece toda la humanidad.


Ora pro nobis, Sancta Dei Genetrix, dum verum Papam speramus!

Si en algo falto a la Fe católica ruego de corazón corregirme

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