Declaración

     Pedro

     Antes de comenzar con la publicación de entradas, estimo necesario algunas palabras a modo de presentación del blog.

     Por un lado, la motivación surge al constatar el carácter que, tanto in verbis como in factis, ha venido desarrollando el mundo en general y, en medio de éste, también nuestra querida patria chilena. El hombre, queriendo deberse a sí mismo y, a partir del antropocentrismo iniciado en los siglos XIV y XV , instalando engreído en su plaza fuerte la bandera de la independencia, abandonó progresivamente las exigencias de su naturaleza individual y social precipitándose, bajo los dictámenes de un liberalismo desaforado y rechazando todo ordenamiento, en un proceso involucionista, deplorable y degradante que parece ser irrevocable.

     Por otro lado, como efecto del espíritu mencionado y con derivaciones aún más devastadoras y lamentables por comprometer la vida sobrenatural de la sociedad y del individuo, los católicos constatamos con estupor la demoledora obra de destrucción que, logrando finalmente mostrarse  al exterior a partir de la muerte de Papa Pío XII, y cediendo ante el espíritu revolucionario modernista, desde su interior sus propios hijos han infligido, y continúan infligiendo, a la Santa Madre Iglesia, intentando despojarla de su esplendor  y carácter divinos, para llegar a desfigurarla grotescamente y, si fieri potest, exterminarla.

     Este es un blog al servicio de la fe integralmente católica, cuyo autor sostiene que los “papas”, al menos desde Giovanni Montini, y probablemente desde Giuseppe Roncalli, ocupan la Sede de Pedro sólo materialmente, pero sin la posesión de la autoridad de Cristo debido a que,  al momento de la aceptación de la elección han puesto un obex, consistente en no tener la intención habitual de realizar el bien de la Iglesia y que impide la recepción de la comunicación prometida por Cristo, al igual que los ocupantes de las sedes episcopales que adhieren a ellos. Esta posición está sólidamente fundada en la tesis teológica conocida como la “Tesis de Cassiciacum” elaborada y publicada por Mons. Michel Louis Guérard des Lauriers, O.P. (1898 –1988) en 1978, hasta el momento no refutada. Por lo tanto, a más tardar desde el 7 de Diciembre de 1965, la Sede se encuentra “materialmente ocupada y formalmente vacante”, en espera de un legítimo Papa.

     Por último, tanto por medio de mis propios comentarios como, ocasionalmente, por la inclusión de enlaces de interés procuraré, en medio de esta “crisis de la Iglesia” consistente, en palabras de Mons. Guérard des Lauriers, “en el estado de privación en la que se encuentra la Iglesia militante (que no es la actual “iglesia oficial” como tal) a causa de la vacancia formal de la Sede Apostólica”, procuraré, digo, en fidelidad a la sana doctrina, al sentido cristiano de la historia y a la realeza social de Jesucristo, contribuir no tan sólo con la crítica, sino también, en la medida de mis posibilidades,  con contenidos en clave positiva, a rendir testimonio de la Santísima Fe.


«Christus vincit, Christus regnat; Christus, Christus imperat!»

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